En un mensaje de una hora emitido por cadena nacional, la primera mandataria apareció por primera vez públicamente tras la muerte del fiscal federal de la causa AMIA, Alberto Nisman, quien la había denunciado junto a dirigentes del kirchnerismo y miembros de su gabinete por el presunto "encubrimiento" de los responsables del atentado a la AMIA.
A raíz de la crisis desatada por el hecho, CFK consideró que "es necesario transparentar los servicios de información porque no sirvieron a los intereses del país", al anunciar el envío del proyecto de ley, para cuyo tratamiento convocará al Congreso a sesiones extraordinarias a partir del 1° de febrero.
La jefa de Estado sostuvo que "la disolución de la SI es una deuda de la democracia que me toca reformar. Hemos visto una suerte de calesita permanente de fiscales, jueces y medios de comunicación que evidentemente ha quedado al descubierto y que hay que cortar de cuajo".
Según describió, la denominada Agencia Federal de Inteligencia estaría a cargo de un director y subdierector postulados por el Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado. Además, Cristina anunció la decisión de "transferir la totalidad del sistema judicial de escuchas al Ministerio Público Fiscal", al considerar que se trata de "el único ministerio extrapoder".
La Presidenta también se refirió a la muerte del fiscal Nisman y remarcó que Diego Lagomarsino, ahora imputado por suministrar el arma que provocó la muerte del funcionario, "es un feroz opositor al gobierno y hermano de un socio del estudio Sáenz Valiente, del grupo Clarín".
En tanto, señaló que "la muerte del fiscal Nisman está relacionada con el Memorándum de entendimiento y la voladura de la Amia, pero parece que nadie quiere investigar". Y volvió a cuestionar la denuncia en su contra al indicar que "alguien pretendió con una denuncia sin fundamento decir que queríamos desviar la investigación y proteger a los iraníes".
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